Para ejercer la profesión de coach, es conveniente pasar por un proceso de crecimiento personal, que conlleve un alto grado de conocimiento de uno mismo.
Saber observarnos a nosotros mismos y ser consciente de nuestros pensamientos y sensaciones físicas, emociones…
“Existen distintos modos de enfocar esta práctica, pero la experiencia inicial es siempre la de reconocer los patrones mecánicos habituales y la pertinaz insistencia con la que ciertas preocupaciones se producen en la mente. El hecho de que puedas observar y hablar con tus propios hábitos de pensamiento y sentimientos desde el punto de vista de un observador desapegado ayuda a hacer que dichos hábitos sean menos compulsivos y automáticos” Helen Palmer.
Ponernos en la posición del observador de nuestros propios pensamientos y sentimientos, hace que comencemos a experimentarlas como algo ajeno. Este es el primer paso para alejarnos de “lo que pienso” desde el punto de vista de “mi ser real”, ya que parte de nuestra consciencia permanece suficientemente desapegada para observar el fluir de nuestro mundo interior.
Sin embargo, ver nuestros propios rasgos de carácter negativo es una tarea complicada, ya que nos escondemos detrás de un complicado sistema de mecanismos de defensa.
Gurdijieff, decía que el principal obstáculo al conocimiento personal se encuentra en lo que denomina amortiguadores.
Los principales amortiguadores, o mecanismos de defensa son la represión, la identificación, la introyección, el aislamiento, la proyección, la racionalización la negación y la narcotización.
Aunque todos estos mecanismos de defensa, nos hacen la vida “más cómoda”, reducen el nivel de autoconocimiento de uno mismo ya que si nos refugiamos detrás de ellos, no podemos ver quienes somos realmente y como nuestras percepciones del mundo real están distorsionadas.
Un bajo nivel de autoconocimiento, hace que permanezcamos “ciegos” a partes de nuestro carácter básico.
Desde el punto de vista del coaching, desvelar los puntos ciegos y amortiguadores comunes del cliente significa acompañar a este en el autoconocimiento, mediante las preguntas y los feedback del observador. De esta manera el coachee comienza a conciliarse con la realidad creciendo interiormente.
Sin embargo, y como decíamos al principio, un paso esencial del coach para poder acompañar a sus clientes a hacerlo es haber trabajado previamente sobre si mismo.