Cada Competencia tiene una profundidad que convierte al Coaching en un arte. En este apartado del blog exploraremos las habilidades y los conceptos que entraman los enunciados de las 11C, a través de reflexiones y comentarios en un lenguaje más personal.
Podemos oír más de 450 palabras por minuto, 4 ó 5 veces más de las que podemos pronunciar. El tiempo diferencial entre la velocidad del pensamiento y la del habla, permite analizar, reflexionar, buscar significados… La escucha activa implica un esfuerzo físico y mental para obtener la totalidad del mensaje.Sin embargo, realizar dicho esfuerzo físico y mental tiene recompensas para quien escucha activamente. La escucha activa ofrece una serie de beneficios para los oyentes activos. Algunos de los beneficios que obtenemos son:
- Creamos un clima positivo para la comunicación, logrando que ésta sea más efectiva.
- Captamos el sentido exacto del mensaje del emisor, reduciendo los malentendidos.
- Obtenemos información relevante sobre nuestro interlocutor. Al escuchar activamente a nuestro emisor, le demostramos que tenemos consideración por su punto de vista, acrecentando su autoestima. Esto provoca que nos continúe facilitando información importante.
Para realizar una escucha activa, tendremos que poner consciencia en las siguientes acciones:
- Mostrar interés, es importante hacer entender a la otra persona que nos interesa lo que nos está contando. Para ello, podemos asentir la cabeza, mantener la mirada…
- Clarificar, es decir, pedir más información, para que el mensaje resulte más claro. Se trata de ampliar la información para tener una visión más clara de la situación.
- Parafrasear, es decir, repetir con palabras similares las principales ideas o pensamientos que ha expresado la persona a la que escuchamos.
- Reflejar los sentimientos que la otra persona nos expresa en relación con una determinada situación o un determinado problema.
- Resumir toda la información que tenemos, es decir, se expresa la situación tal como la hemos entendido según la percepción de la otra persona
La escucha activa es una de las habilidades básicas del coach. Mi pregunta ahora es la siguiente. ¿Qué te hace falta para mejorar esta habilidad?
Las preguntas sirven para muchas cosas y poseen una extraña cualidad: no puedes dejar de responderlas. Te obligan a reflexionar sobre tu experiencia. Incluso si la respuesta en “no sé”, para llegar a ella primero has tenido que pensar la pregunta y revisar tu experiencia.
Las preguntas son como faros que brillan en lugares oscuros. Una buena pregunta iluminará áreas antes desconocidas. Cuando le formulas a un cliente un pregunta poderosa, le brindas la oportunidad de revisar su experiencia y sus recursos de forma diferente, y de encontrar respuestas en lugares conocidos, pero no están ahí de lo contrario ya las hubiese encontrado. Una noche, mientras paseaba por mi barrio, me encontré a un hombre que buscaba desesperadamente algo. Me sorprendió observar que, mientras se llevaba las manos a la cabeza y decía sin cesar, “¿dónde se habrán caído?”, daba vueltas y vueltas dentro un círculo muy reducido cuyo centro era una farola…
Me acerqué y le pregunté si le podía ayudar. Cuando me respondió me di cuenta de que, además, estaba algo bebido. – ¿Puedo ayudarle? – Sí, claro, por supuesto… – ¿Qué ha perdido?- le pregunté mientras comenzaba a buscar sin saber qué buscaba. – Las llaves de mi casa. ¡¡Las malditas llaves de mi casa!!- me contestó con un tono pastoso de voz y unos ojos brillantes y enrojecidos. – No se preocupe- le dije para tranquilizarle-seguro que las encontramos. Me puse a buscar, y mientras lo hacía le pregunté – ¿Está seguro de que se le cayeron por aquí? – Pues la verdad es que no – me contestó – pero aquí hay luz.
Siguiendo con las once competencias esenciales del coaching, de las que ya hablamos en el artículo “Acaba con la ilusión del tiempo”, hoy vamos hablar de la habilidad del coach para Crear consciencia. Crear consciencia es la habilidad de integrar y evaluar con precisión múltiples fuentes de información y de hacer interpretaciones que ayuden al cliente a ganar consciencia y de ese modo alcanzar los resultados acordados. Es decir, el coach va más allá de lo que se dice al determinar las preocupaciones del cliente y no dejándose llevar por la descripción que hace éste. La labor del coach es proponer reflexiones e indagaciones en busca de una mayor comprensión, conocimiento y claridad.
El coach identifica para el cliente sus preocupaciones ocultas, las maneras fijas y típicas de percibirse a si mismo y al mundo y las diferencias entre los hechos y la interpretación que de ellos hace el cliente. Es decir, hace que el cliente comience a tomar consciencia de las disparidades entre sus pensamientos sensaciones y acciones. Un coach pide al cliente que distinga entre asuntos triviales y relevantes, comportamientos situacionales sobre otros recurrentes y comparte con el cliente cuando detecta discrepancias entre lo que se ha dicho y lo que se ha hecho. Crear consciencia significa expresar los nuevos descubrimientos a los clientes de manera que le sean útiles a éstos y con significado.
También es comunica perspectivas más amplias a sus interlocutores y inspirarles a comprometerse para cambiar sus puntos de vista y encontrar nuevas posibilidades para la acción. Esta competencia clave del coaching está altamente relacionada con el concepto de responsabilidad individual.
En coaching decimos que la responsabilidad individual es la capacidad de crear nuevas realidades y de ser responsable de ellas, por lo tanto es exactamente una capacidad de elección y también una capacidad de creación y capacidad de autoafirmación. Están relacionados, porque si bien la responsabilidad del coach es crear esta consciencia, la responsabilidad del cliente o coachee es saber manejar esta nueva consciencia y aprovecharla para conseguir sus objetivos. Si tu objetivo es convertirte en coach, tener integrada esta competencia en el desempeño de tu profesión será un punto a tu favor hacia la excelencia profesional.
Una de las 11 competencias clave del coaching promulgadas por la ICF, en concreto la cuarta, nos dice que un buen coach ha de estar presente en el coaching. Estar presente en el coaching es la habilidad para tener plena conciencia y crear relaciones espontaneas de coaching con el cliente, usando un estilo abierto , flexible y que demuestre seguridad y confianza. Un coach está presente, es flexible y “baila con el cliente” en el aquí y el ahora. Utiliza la intuición y hace caso de sus corazonadas y de su saber interno. Aunque ve diversas maneras de trabajar con el cliente, escoge en el AQUI Y AHORA la más efectiva. Cambia de perspectiva con seguridad y experimenta nuevas alternativas a sus propias acciones.
El estar presente en el coaching, es una competencia indispensable para una buena sesión. Parece quizás sencillo de ejecutar, sin embargo hay que dejar en el marco de la puerta las propias experiencias, creencias del coach, y esto, no es tan sencillo. El ahora, el momento presente en la sesión con el clientes lo único que existe en ese momento. Para que podáis experimentar esta situación de estar presente en el momento que os encontréis, os transcribo ahora unos párrafos del libro PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA, de Eckhart Tolle.
La clave es ésta: acaba con la ilusión del tiempo. Tiempo y mente son inseparables. Retira el tiempo de la mente y ésta se para, a menos que elijas usarla. Estar identificado con la mente es estar atrapado en el tiempo: vives de forma compulsiva y, casi exclusivamente, mediante el recuerdo y la anticipación. Esto produce una preocupación interminable por el pasado y el futuro, y una falta de disposición a honrar y reconocer el momento presente y permitir que sea. La compulsión surge porque el pasado te da una identidad y el futuro contiene una promesa de salvación, de una realización de algún tipo. Ambas son ilusiones.
Cuando más te enfocas en el tiempo (pasado y futuro) más pierdes el ahora, lo más precioso que hay. ¿Por qué es lo más precioso? En primer lugar porque es lo único que hay. Es todo lo que hay. El eterno presente es el espacio dentro del que se despliega tu vida, el único factor que permanece constante. La vida es ahora. No ha habida nunca un momento de tu vida que no fuera ahora, ni lo habrá jamás. En segundo lugar, el ahora es el único punto que puede llevarte más allá de los limitados confines de la mente. Es tu único acceso al reino informe e intemporal del Ser.
¿Has experimentado, hecho, pensado o sentido algo fuera del momento presente?¿Piensas que lo harás alguna vez?¿Es posible que algo ocurra o sea fuera del ahora? La respuesta es evidente ¿no es cierto?
Nada ocurrió nunca en el pasado; ocurrió en el ahora. Nada ocurrirá nunca en el futuro; ocurrirá en el ahora.”
La pregunta que te hago es ¿Estás presente en todos los momentos de tu vida
Comenzamos este artículo con una maravillosa cita de Albert Einstein que está muy relacionada con ciertos aspectos del coaching. “El ser humano forma parte de este todo que llamamos universo… una parte limitada en el tiempo y en el espacio. En una especie de ilusión óptica de su conciencia, experimenta sus pensamientos y sus sentimientos como si estuviesen separados del resto de ese todo. Esta ilusión es una especie de prisión para nosotros, que nos limita a nuestros deseos personales y al afecto por unas cuantas personas próximas a nosotros. Nuestra tarea debe consistir en liberarnos de esta prisión, expandiendo nuestro círculo de compasión para que abarque a todas las criaturas vivientes y a la naturaleza toda de su belleza.
Albert Einstein Si definimos despertar podríamos decir que es “emerger del sueño” o “salir de un estado de indiferencia” o “cobrar plena conciencia, percatarse y apreciar”. En un proceso de coaching esta toma de conciencia, este despertar es la base para que las acciones que realicemos posteriormente nos lleven a la consecución de las metas que nos marquemos. Como define Robert Dilts en su libro Coaching. Herramientas para el cambio, es como si saliésemos de una especie de sueño, como emerger de un estupor autoimpuesto, o como recuperar la vista después de haber estado ciego. Nuestros mapas mentales de quienes somos y de lo que es posible en el mundo se amplían y percibimos limitaciones anteriores de una forma completamente diferente.
La competencia número 8 según la ICF nos habla de la habilidad que tiene que tener el coach para crear conciencia en sus clientes. Nos dice que gran parte de los fundamentos de un proceso de coaching excelente comienzan por un despertar del cliente. El coach tiene que saber identificar las preocupaciones ocultas del cliente, sus formas habituales y fijas de percibirse a sí mismo y de percibir el mundo, las diferencias entre los hechos y la interpretación, las discrepancias entre pensamientos, sentimientos y acciones.
Los resultados del despertar suelen ser una sensación renovada de propósito y sentido, una conciencia expandida y una revitalización física, añade Dilts. En consecuencia despertar, tomar conciencia es para el cliente de coaching el punto de partida para comenzar a trabajar sobre metas nuevas y horizontes que no había quizás ni imaginado posibles.
La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas. Earl Grey. Con esta frase comenzamos un nuevo artículo sobre las 11 competencias de coaching que promulga la ICF, en este caso vamos a hablar de la competencia número 3,establecer confianza e intimidad con el cliente. Establecer confianza e intimidad significa, que el coach en el ejercicio de su profesión ha de tener la capacidad de crear un entorno seguro y de apoyo que genere confianza y respeto mutuos durante todo el proceso.
Para poder desarrollar esta competencia, una de los puntos a tener en cuenta es mostrar un interés sincero y genuino por el bienestar y el futuro del cliente. El cliente ha de notarlo, esto realimentará la sensación de confianza de ambos en el otro. También, y por descontado se entiende que para el excelente ejercicio de su profesión el coach ha de demostrar permanentemente integridad personal, honestidad y sinceridad. Una de las características esenciales del coach, y que viene enmarcada dentro de esta competencia, es prestar un apoyo permanente hacia su cliente y defender nuevos comportamientos y acciones. Aquí también incluimos los que conllevan la asunción de riesgos y el miedo al fracaso.
Os transcribimos ahora unos textos realmente inspiradores sobre la confianza, escrito por Miriam Ortíz de Zárate, Coach PCC por la ICF. La confianza es la conversación de la que dependen todas las relaciones, por eso decimos que es uno de los juicios más importantes que necesitamos desarrollar como personas, como líderes y, por supuesto, como coaches. La confianza genera respeto. El respeto es el juicio de aceptación del otro como un ser diferente de mí. Implica la aceptación de la diferencia. Implica la disposición a concederle al otro un espacio de plena y recíproca legitimidad. Acciones que generan la confianza.
- Se veraz, busca siempre ser honesto y actuar de manera ética.
- No exijas a otros que hagan lo que no prometieron o que cumplan expectativas que no quedaron suficientemente explícitas. Una expectativa no es una promesa, no obliga a nadie.
- Felicita y agradece activa y explícitamente al que cumple sus promesas
- Reclama ante aquél que no cumpla sus promesas, no generes a tu alrededor una cultura de la impunidad.