En el post anterior hablábamos de la motivación, y de donde venía. Es curioso, pero aplicando la “ley de la atracción” he descubierto este artículo publicado recientemente en la Web de ASESCO en el que habla de cómo ir buscando las cosas que realmente nos motivan.
En él nos habla de la importancia de preguntarnos el ¿Para que? de las acciones que realizamos cotidianamente y nos plantea un pequeño ejercicio para buscar la verdadera motivación de nuestros propósitos.
“Este año…. lo conseguiré”
Publicado por ASESCO el 10 de septiembre de 2010:
“Comienza un nuevo curso escolar. Muchos de nosotros seguimos con esta programación “escolar” y en nuestra mente comienzan muchos propósitos para este curso. Buenos propósitos y buenos deseos. Los gimnasios se llenan de matriculaciones, en los quioscos abundan las colecciones que durarán varios meses, se busca información acerca de yoga, tai-chi, pilates, manualidades, pintura, etc. Comienza Septiembre y en nuestro interior deseamos hacer de este año un año que pasará a la historia: “este año por fin lo voy a conseguir”.
Pero la realidad se repite todos los años. Los gimnasios dentro de dos meses verán disminuir su afluencia, la gran mayoría de las colecciones se quedan sin terminar (a veces simplemente se compra el primer fascículo) y el día a día comienza con su carrera vertiginosa y al final todo se queda en un “¡cómo me gustaría tener tiempo para hacer tal cosa!”. (..)
¡Que razón tiene! ¿Cuántas veces tomamos las decisiones en función de lo socialmente correcto?
Un ejemplo, me apunto a un gimnasio siguiendo este camino de motivación: He ganado peso à Necesito adelgazar para entrar en mis vestidos à Me apunto a un gimnasio, que socialmente está bien visto…
Seguimos leyendo:
“John Withmore, uno de los padres del Coaching Europeo, dice: “El sentido y el propósito es lo que impulsa a las personas, y su ausencia conduce al letargo, la depresión y los problemas de salud. Pocas veces somos conscientes de esto, pero cuando lo advertimos mejora nuestro estado de ánimo y la calidad de vida en el trabajo y en el hogar”.
El sentido y el propósito. ¿Para qué quiero conseguir esto? Fíjense, en el ejemplo que he puesto antes: “Quiero ir al gimnasio por las tardes dos días por semana durante este curso escolar”. Si mi para qué inicial es “para perder peso”, me estoy enfocando en lo que no quiero (tener exceso de peso). Un buen coach sabe que eso no es bueno, tenemos que enfocarnos en lo que Sí quiero. ¿Para qué quieres perder peso? Para verme mejor. ¿Para qué quieres verte mejor? Para estar más a gusto conmigo mismo (ya vamos mejor). ¿Para qué quieres estar más a gusto contigo mismo? Para mirarme al espejo por las mañanas sintiéndome orgulloso de mí mismo. ¿Para qué quieres eso? Para saber que puedo conseguir lo que me propongo. ¿Para qué quieres eso? Para sentirme libre y dueño de mí mismo.
¿Quién creen que perseverará en su objetivo?: el que quiere “perder peso” o el que quiere “sentirse libre y dueño de sí mismo”
Si vamos indagando en nosotros mismos y buscando la verdadera motivación que tenemos para hacer cierto tipo de acciones, nos será muchísimo más fácil realizarlas.
El artículo termina con un pequeño ejercicio que te invito a realizar. Les invito a hacer el siguiente ejercicio:
- Escriban en un papel 5 cosas que les gustaría hacer a lo largo de este curso escolar. Sus 5 buenos propósitos. (es importante que lo escriban, ya que escribir ayuda a pensar puesto que es un nivel de conciencia mayor que pensar).
- Comiencen con el objetivo que más les gustaría conseguir. Revisen si lo han formulado de forma positiva, medible y delimitada en el tiempo (es decir, lo más concreto que puedan, delimitando cuándo lo quieren conseguir y expresado en positivo: no lo que no quieren, sino lo que quieren y para cuándo lo quieren). Si no es así, formúlenlo de nuevo por favor.
- Una vez hecho el paso anterior pregúntense: ¿Para qué quiero conseguir…? (y dicen el objetivo) Cuando obtengan la respuesta, vuélvanse a preguntar: ¿y para qué quiero..? (la respuesta) Así, pregúntense su para qué mayor varias veces, hasta que noten que llegan a algo que les resuena por dentro, aquello que les impulsa y les motiva. Entonces habrán llegado al punto donde encontrarán la motivación para conseguir su objetivo.
- Repitan los pasos anteriores con los otros objetivos.
- Si hacen este sencillo ejercicio, les aseguro que su motivación y sus resultados cambiarán. ¡¡Estaré encantada de que compartan sus comentarios!!
Interesante ¿no? Yo como siempre te invito a reflexionar con un par de preguntas como siempre relacionadas con el artículo. ¿Te paraste alguna vez a preguntarte el “para qué” de tus decisiones importantes? ¿Y el “para qué del para qué”? A partir de ahora ¿te puede resultar beneficioso hacerlo?