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Ideas de un gran coach I

Empezamos una serie de artículos dedicados transcribiros las ideas que Pep Guardiola, entrenador del Futbol Club Barcelona ha transmitido para una campaña de publicidad de un conocido banco catalán. En este primero Guardiola nos habla, entro otras cosas de las derrotas y de cómo aprender de ellas. El quiebre es el primer paso para comenzar el proceso de aprendizaje según el Coaching ontológico.

“LO QUE TE HACE CRECER ES LA DERROTA”

Sobre la innovación. Tener tiempo. Para mí era más fácil innovar con el filial porque no tenía los focos de los medios de comunicación y, además, jugabas un partido de domingo en domingo. Entonces tenía mucho tiempo para analizar cada partido, volverlo a ver y entrenar aquello que había ido mal. Podía innovar en los entrenamientos y probar cosas diferentes de lo que habíamos hecho antes. Por poner un ejemplo diferente, si piensas en todos los científicos que están investigando sobre nuevas patologías o nuevos medicamentos, necesitan tiempo. Tiempo. La derrota, la victoria, el miedo Lo que te hace crecer es la derrota, el error. Es lo que te mantiene alerta. En la victoria piensas: “Genial, hemos ganado”. Y seguro que hemos hecho cosas mal, pero te relajas. Para la única cosa que sirve la victoria es para dormir bien. Pero cuando no tienes aquella tensión necesaria, el miedo de quedar mal, entonces no te esfuerzas como es necesario. En este contexto, la tensión es casi constante, cada decisión tiene mucho peso. Por eso, cuando hagas alguna cosa, no has de creerte que lo has de hacer, has de sentir que lo has de hacer. Y eso pasa con la innovación. Innovas si realmente lo sientes. Yo necesito sentir las cosas, no creerlas. Cuando las siento, voy derecho, no tengo miedo y me lanzo. Sobre la intuición Yo creo que si tuviese que explicar como lo hemos hecho durante este tiempo –llevamos tres años y, contando la del filial, ya hemos ganado tres ligas seguidas-, lo explicaría a través de las anécdotas y experiencias de cada momento. En un momento tomas una decisión que te obliga a tomas otra, y sumadas, obtienes aquellos resultados. No se trata de hacer a, b y c, llegar con la corbata bien puesta y entrenar siempre de la misma manera, no. Hoy decido entrena de esta manera y mañana puede ser que me levante pensando hacer lo contrario. Es la gracia de ser entrenador, la intuición. Esto es un juego. En mi etapa como jugador, cuando jugaba bien y cuando hacía jugar bien a otro compañero, ya intuía cuales eran las razones de eso. A partir de los 25 ó 26 años, un entrenador decía: ”Hoy jugaremos así”, y yo pensaba: “No, así no”. De aquí vienen mis ganas de entrenar. Tenía ideas y pensaba: “Lo he de probar, no sé si funcionará pero se ha de probar”. Y todo viene de lo que había aprendido en el campo con mis entrenadores. En el campo decía: “Esto me hace fácil la faena, lo hace fácil para aquel y para aquel otro”; mi idea era intentar plasmarlo desde fuera y ver si funcionaba. Al final, esto es un juego. Mi momento de placer llega cuando me siento delante del ordenador, analizo al contrario y empiezo a jugar: “Si ellos lo haces así, nosotros atacaremos por aquí, entonces nos atacarán y habremos de cubrir…” Este es el momentos en que tiene sentido mi trabajo.

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